lunes, 30 de enero de 2012

Y pensar que me engañaste...

Tú, que tantas veces me decías que me amabas y me lo jurabas, quisiste hacerme creer que no mentías…
¡Y confié en ti…!
Me creí tus palabras, tus caricias... ¡Me creí tantas cosas que decías…!
Y caí, caí en tus garras…
 A pesar de todo, mi corazón permanece tranquilo, porque, yo, nunca te he mentido…
Puedes creer mis palabras, puedes creer mis caricias…
¡Puedes creer que siempre te he querido…! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario