Solo júrame que te acordarás de mí todos y cada uno de los días en los que estaremos separados…

 Recuérdame por las noches cuando, antes de dormir, mires el cielo estrellado. Yo seré una de esas estrellas que te estará pensando…

Vuelve a leer aquella inocente carta que celosamente escondes y piensa en todos los momentos que hemos compartido, en todo lo que has sentido cuando estabas conmigo…

Tan solo recuérdame y, por favor, no me olvides como yo no te olvido…

Para tí III

Esta será la última vez que me dirija a ti, todo tiene que terminar y va siendo hora de poner punto y final, pero antes déjame decirte algunas cosas…

Sé que metí irremediablemente la pata cuando decidí aclarar la situación por la que estábamos pasando, lo sé, pero después de tanto tiempo que andamos tonteando sin llegar a ninguna parte tenía que hacerlo. Sobretodo debía ver con mis propios ojos tu reacción, quería asegurarme quien eras y al fin lo he conseguido… Ahora sé con plena seguridad que lo tuyo fue una de esas canitas al aire que los tíos como tú suelen echar y créeme, a pesar del sufrimiento que me ha causado descubrirlo estoy satisfecha.

Durante este año y medio que hemos compartido he estado tan cruelmente engañada pensando que tú sentías algo especial por mí, incluso llegué a creer que un ángel te había puesto en mi camino para aliviar la tristeza que me invadía en esos momentos. ¡Qué ignorante fui! La realidad era otra… Solo querías poseer lo que no tenías mientras las cosas no llegaran a mayores, mientras yo tuviese la boca cerrada y accediese a tus juegos. Ahí te equivocaste conmigo, porque cuando yo permitía que tus brazos me rodearan era por amor y no por una simple atracción sexual. Por eso pensé que debía hablar contigo, porque todo estaba llegando demasiado lejos y tú no expresabas abiertamente los motivos que te llevaban a ello…

Ante todo reconozco que estábamos en el camino equivocado, me dejé llevar por el amor que hacia ti sentía, convencida de que tú sentías lo mismo que yo… No podría haber sido de otra manera, sin sentimientos nunca hubiera dejado que estuvieras a mi lado. ¡Me siento tan idiota…!

A pesar de todo, en los momentos de soledad que me acompañan, que son muchos, vienen a mí los recuerdos de cada uno de los instantes que hemos compartido y me parece realmente increíble que después de todo lo que ha pasado no hayas sentido nada por mí… Tus miradas no eran miradas de deseo, eran miradas de amor. Tus abrazos, en silencio, lo decían todo… Tus idas y venidas, tus sonrisas, tus ganas de verme… A veces, solo a veces, creo que ocultas la verdad dentro de tu corazón, pienso que sentiste miedo al enfrentarte con la realidad y que las circunstancias te hicieron huir de la peor manera posible…

De todos modos, para mí, todo terminó, aunque todavía te descubra mirándome de reojo y sonriendo para tus adentros. Ya no habrá vuelta atrás, la vida sigue y yo cogeré otro tren, del tuyo me tuve que bajar a mitad del camino…

No te esperaba, hoy no deberías venir pero lo hiciste. Venías dispuesto a aclarar la situación que nos había alejado, no querías dejar pasar el tiempo, ya habían pasado demasiados días sin hablar sobre lo que había ocurrido. Sabía que tenías miedo de enfrentarte a la realidad que entre los dos se había creado y, la verdad, yo también temía que llegara el momento en el que tú decidieses hablar sobre lo que había pasado. En su momento dijiste demasiadas cosas, cosas que dañaron mi corazón… No esperaba que me quisieras pero tampoco que reaccionaras de esa manera. Algo debías sentir y lo estabas ocultando.

Cuando abrí la puerta tu cara de arrepentimiento lo decía todo. Yo no pude pronunciar ni una sola palabra, estaba desconcertada, tan solo pude volver sobre mis pasos en silencio y mirarte extrañada. Entraste en casa como si de la tuya se tratase, con cuidado cerraste la puerta y comenzaste a hablar.

Tu primera palabra fue perdóname, las siguientes  porque te quiero y no he tenido el valor suficiente para reconocerlo…

En esos momentos mis piernas comenzaron a temblar, nunca pensé  que serias capaz de admitir lo que sentías, porque en el fondo, muy en el fondo yo estaba segura de que tú me querías…

Nunca imaginé que aquel día te llevarías contigo mis ganas de vivir, mis sueños, mi felicidad… Te lo has llevado todo en ese papel y me has dejado completamente vacía… Palabra tras palabra desnudé mi alma en él y la he perdido para siempre. Trato de seguir adelante pero no lo consigo, pesan más tu indiferencia y tu ausencia que mis esfuerzos para olvidarte.

¿Dónde están los sueños que perdí? ¿Dónde está mi alegría? ¿Dónde fue a parar ese papel que me ha dejado rota y vacía?

Debería recuperarlo porque ahora solo soy el espejismo de lo que fui un día…

 Hiciste que me enamorara de ti aún cuando yo no quería… Conseguiste embaucarme con tus artimañas y ahora que lo has logrado huyes y me destrozas por dentro…

¿Cómo pude ser tan tonta? ¿Cómo pude creer que sentías lo mismo que yo? ¿Cómo me deje llevar por la locura de pensar que esta vez sí conseguiría un poquito de felicidad?

Soy muy consciente de que me has engañado y por desgracia todavía te quiero… Sé que, con esfuerzo, algún día lograré apartarte de mi mente. Haré lo que sea necesario para que cuando escuche tu nombre mi corazón no se rompa en mil pedazos…

Sabía que causaría en ti una reacción, sabía que te gustaría y que te fijarías en mí. Te conozco demasiado como para no adivinar tus actos. También sé que desearías volver a tomarme entre tus brazos, pero no encuentras el momento oportuno para lanzarte a ello… Y aquí me tienes, esperando a que eso ocurra, porque estoy segura que tarde o temprano ocurrirá…

                     

Mi vida acabó aquel día, ese día en el que me armé de valor y decidí que era el momento de aclarar todo lo que estaba ocurriendo. ¡Necesitaba explicarte tantas cosas…! Sabía a lo que me exponía, esperaba que reaccionaras como lo hiciste porque te conozco, pero a pesar de eso necesitaba dar un paso adelante y decirte de una vez por todas que las cosas habían cambiado, que los sentimientos importan y cada vez iban creciendo más y más de una manera desorbitada. Esperaba que fueras tú el que diera un paso atrás porque yo no podría hacerlo… Y así ha sido… Todo lo que pensé que podría suceder ha ocurrido y ahora todo ha terminado y tú intentas que las cosas vuelvan a ser como antes, te esfuerzas en poner tu mejor cara de ``aquí no ha pasado nada´´ y yo, llorando por los rincones no puedo fingir lo que no siento… Sé que dentro de ti escondes algo, algo que ocultas inevitablemente por miedo… ¡No eres tan valiente como imaginabas! Tampoco yo esperaba que lo fueras…

Llegaste como un día cualquiera, pero esta vez con el temor de aquella carta que nos había distanciado, me miraste a los ojos como la primera vez que te descubrí. Yo no supe que hacer, pues todavía pesaba sobre mí la vergüenza y el dolor por el rechazo, solo conseguí posar mis ojos sobre los tuyos unos instantes intentando ocultar la pena y la desesperación que me invadían desde hacía tanto tiempo. Era inevitable, mi sonrisa se había borrado para siempre de mi rostro y por más esfuerzos que hice  no conseguí que volviera a aparecer…

Decidiste entrar en casa, ya habían pasado varios días y las cosas no podían seguir así. El sentimiento de culpa lo habías dejado a un lado y te armaste de valor, ese valor que habías perdido al conocer realmente mis sentimientos. Cerraste la puerta, con delicadeza tomaste mi barbilla con tus manos y sin decir absolutamente nada me besaste en los labios. De mis ojos comenzaron a brotar incesantemente aquellas lágrimas que ahogaron mi corazón durante los últimos días y tú, al percatarte de ello las borraste con tus dedos. Volviste a mirarme a los ojos y te alejaste en silencio

No sé si podré acostumbrarme a vivir sin ti… He perdido lo mejor que la vida me había regalado cuando peor lo estaba pasando, eras lo único que me llenaba de felicidad, eras el motivo por el que me levantaba cada mañana y lo que me impulsaba a seguir viviendo…

¿Qué haré ahora sin ti? ¿Cuál será la razón que me impulse a seguir adelante si ya no te tengo? Mi vida carece de sentido, ya no me importa nada ni me ilusiona nada. ¿Qué puedo esperar de la vida si lo que más he querido se ha alejado de mí para siempre?

Ahora que ya estoy segura de que todo ha sido una mentira no hago más que preguntarme una y otra vez porqué te has comportado así conmigo… Me entristece enormemente que durante todo este tiempo tú no hayas sentido nada por mí… He sido un juguete en tus manos y por desgracia me he dado cuenta demasiado tarde.

Cada día pienso una y otra vez en todos los momentos que hemos compartido, en aquellos abrazos que he recibido llenos de ternura, en las miradas que hacia mí dirigías que me desnudaban el alma, en tus manos que buscaban las mías y en las caricias que me hacían sentirme inmensamente feliz…

Después de todo lo que hemos vivido… ¿Cómo puedes decir qué no ha existido nada entre tú y yo? 

Después de pensarlo mucho, llegué a la conclusión de que quería despedirme de ti de una forma especial… No sabía de qué modo hacerlo porque todas estas cosas me cortan mucho y, aunque no lo parezca, me da muchísima vergüenza…

Hace mucho tiempo que quiero decirte muchas cosas, pero nunca encuentro el momento adecuado, cuando he tenido la ocasión de hacerlo me ha dado miedo y he preferido callar…

Sabes que entre nosotros las cosas no son como antes… Me he preguntado muchas veces qué es lo que ha pasado para que esto esté ocurriendo y la verdad es que no lo sé…

De lo único que estoy segura es que te quiero mucho. Te has convertido en una persona muy especial para mí… Y los escasos minutos que paso contigo son los mejores del día…

Seguramente piensas que estoy como una autentica cabra, yo también lo creo porque nunca antes me había decidido a hacer lo que estoy haciendo ahora... Ha sido mi experiencia con la vida la que me ha enseñado que es mejor hablar que guardarse para uno mismo las cosas que siente, sobre todo las buenas.

Quiero que tengas muy claro que nunca me he comportado de este modo con nadie y tampoco consentiría que otra persona se comportara conmigo como lo haces tú… Quería que lo supieras porque cuando dices que soy mala me siento verdaderamente mal y me como la cabeza pensando que quizás tengas razón.

No tengas miedo, con esto no pretendo nada ni espero nada… Solo deseaba que supieras lo que me está pasando

No sé si decirte todo lo que siento o callar para siempre…