sábado, 26 de febrero de 2011

23 de enero
Querido diario:
Aquí estoy una vez más, viendo la vida pasar… Hoy es el quinto día de mi supuesta nueva vida, de esta vida vacía y triste. En estos momentos no me encuentro bien, me siento totalmente derrotada, he cerrado el mejor capítulo que había escrito en mi existencia para comenzar otro en el que nadie sufrirá excepto yo y, quién sabe, si también lo hará él… Sé que las cosas deben ser así, eso es lo que mi cabeza me dice, pero mi corazón me reclama lo contrario. Debo ser yo, como siempre, quien se sacrifique  para que otros continúen  su camino…  ¡La vida no es justa…! No, no lo es… No dejo de pensar en el porqué de todo esto ¿Por qué tuve que descubrirle tarde? ¿Por qué no le conocí cuando las cosas podían ser posibles? ¿Por qué ha aparecido en mi vida cuando ya no podemos hacer nada? ¿Qué he hecho yo para tener que sufrir tanto?
El único consuelo que me queda es que los momentos vividos permanecerán dentro de mí y nadie podrá arrebatármelos… ¡En fin! Mañana será otro día, mi sexto día sin él.

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