jueves, 24 de febrero de 2011

Querido diario:
Hoy  es el día en que, con tus tapas suaves de piel y ese olor a nuevo al  ojear tus hojas, has llegado a mis manos. Has sido el regalo que mi hermano me ha dejado caer en estos días de navidad. Creo que tú y yo vamos a ser muy buenos compañeros en este camino que es la vida, mi vida…  Desde ahora te haré partícipe de todas esas cosas que guardo en mi corazón, aquellos  sentimientos que yo sola conozco y que por ciertas razones que ya conocerás nadie más debe saber...

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