lunes, 8 de diciembre de 2014

Hoy he hablado con Paco.
No sé como somos capaces de decirnos siempre todo lo que pensamos,
aún sabiendo que podemos hacernos daño.
Pero creo que así debe ser la amistad.
No callar nada, opinar sobre lo que cada uno hace e intentar mejorar al otro para que no vuelva a cometer errores..
Le he contado mis planes, esos que a saber si podré cumplir.
Me ilusiona poder realizarlos a pesar de que sé con exactitud como me sentiré...
Paco al comenzar a charlar, me ha dicho lo que pensaba.
En cierto modo coincidíamos.
A pesar de todo, sigo con ganas de hacerlo. Supongo que es necesario para poder seguir adelante.
En el centro de nuestra conversación, Paco,ha cambiado el tercio...
Dice que a pesar de estar seguros de lo que puede ocurrir, nunca nada sale como creemos.
Todo suele cambiar,puede que se cierre una puerta o que quede más abierta de lo que estaba.
Ante sus palabras, no he podido contener las lágrimas...
Sé de sobra lo que hay, estoy demasiado segura de todo lo que ocurrirá a mi alrededor.
Aunque reconozco la veracidad de la frase:
"Nunca digas jamás"
Pero mi mente no me deja pensar que suceda lo contrario.
De todos modos, lo haré, lo necesito.
Y que sea lo que Dios quiera...


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