viernes, 28 de noviembre de 2014

La cita...

Hoy es el día.
¡Tengo tanto miedo...!
Jamás pensé que una cita me hiciera sentir así.
!Parece mentira!
Paco así me lo decía esta mañana cuando yo le contaba que estaba fatal...
- ¿A estas alturas, Lola?
Pues sí, a estas alturas, esta cita me saca de los nervios...
Supongo que este chico ha hecho tambalear mis cimientos.
Tal vez, porque tengo un buen presentimiento, no sé..
O porque creo que existe la posibilidad de equivocarme nuevamente.
Quizás vi al chico demasiado en serio...
O es su situación económica, su buena educación,su saber estar, sus atenciones...
No sé, no sé..
¡Estoy aterrada!
No dejo ni un minuto de analizar qué es lo que me está pasando.
No es la primera vez que nos vemos, este será nuestro tercer encuentro.
El primero estuvo bien. Nos tomamos unas cañas..
Ahí empezamos a conocernos un poquito, hablamos de nuestras cosas, como nos había ido la vida, que esperábamos encontrar...
Luis me hizo una pregunta que me llamó mucho la atención.
-¿Tu siempre miras a los ojos?
Hasta ese momento, no me había percatado de que lo hago.
El me dijo, que eso le encantaba, pero que si seguía haciéndolo le daría algo...
También me comentó que había quedado con otras chicas y a lo que más había llegado era a una segunda cita.
No le cuadraba nadie, y él no tenía ninguna prisa.
Tal vez por esto tengo miedo, esta es nuestra tercera cita.
Parece ser que he traspasado el umbral...
¡Uff!
Nuestra segunda cita fue genial.
Me invitó a cenar a La Taberna.
La verdad, que en esa ocasión, no estaba nerviosa, pero me daba un poco de vergüenza. Era la segunda vez que nos veíamos y con mucho más tiempo.
No sabía como podía salir...
Fue especial, si.
Estuvimos charlando de muchas cosas, me sentía muy cómoda con él.
Después de la cena, unas copas y enseguida a dormir. Era domingo y teníamos que madrugar al día siguiente.
Me acompañó cerca de casa. Yo le insistí para que no lo hiciera, pues estoy acostumbrada a ir sola de madrugada y no tengo miedo.
Pero él insistió.
Se despidió de mi y me dio un inocente beso en los labios...
La verdad que no me lo esperaba, me quedé(como dice mi hija) de pasta de boniato...
Pero me gustó.
Me fui a casa con una buena sensación , y una sonrisa de oreja a oreja.
Y por fin hoy, nuestra tercera cita...
La cena será en su casa, cocinará para mi.
Estoy temblando, tal vez porque no quiero volver a pasarlo mal.
Necesito estar bien, tranquila y feliz.
Creo que me lo merezco.
Y así será...



Hace unos minutos, mientras escribía este texto, mi querido Paco, el de Perú, me ha mandado los wassap más hermosos que nadie jamás ha escrito para mi.
Por si lees esto, Paco, recuerda, TE QUIERO MUCHO.
Mañana, los escribiré aquí, en mi blog.
Quiero tenerlos para siempre, y no olvidarlos jamás.
Aunque estoy segura que no lo haré.
TUS PALABRAS SE HAN QUEDADO GRAVADAS EN MI CORAZÓN...

 

 

 


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