martes, 8 de octubre de 2013

Otra vez más, se levantó de la cama..
La impotencia estaba acabando con ella, apenas podía sostenerse en pie...
Aun así, caminó hasta el baño, se colocó frente al espejo y sus ojos cansados comenzaron a recorrer su cuerpo.
Apenas se reconocía...
Ella no era la persona que veía reflejada.
Sin dudarlo dos veces decidió que ya era hora de empezar de nuevo.

Nadie merecía ni una sola lágrima suya...
Y llegó el día...
Y Raquel despertó de su tristeza.
Y comenzó a vivir...
 

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