Querido Manuel Angel:
Qué tal?
Este sábado lo he pasado en casa,
algo que no es habitual en mí.
Uno de esos sábados tontos, vacíos y
sin sentido que de vez en cuando me da la vida.
He recordado que aún guardo aquellas conversaciones
que manteníamos en aquella época.
Las guardé todas, minuciosamente.
Quería recordarlas.. tal vez, para enseñárselas, algún día,
a alguno de mis nietos.
He comenzado por el principio y en estos días me empaparé bien de todas ellas.
Podría haberlas utilizado en tu contra,
para hacerte daño.
Pero como bien sabes, no soy de esas.
Y nunca lo haré, pienses lo que pienses de mí.
La verdad es que no tienen desperdicio.
Tú ibas en serio.
Yo solo te seguía la corriente porque pensaba que era mentira.
A pesar de todo el dolor que esto me causó, no he parado de reírme.
Cómo se nota de que yo estaba de broma..
Cómo se nota que tú ibas en serio..
No me di cuenta, si no, nunca te habría seguido el juego.
Pero el destino quiso que ocurriera y ocurrió.
Y ante eso no pude hacer nada..