Ahora que ya estoy segura de que todo ha sido una mentira no hago más que preguntarme una y otra vez porqué te has comportado así conmigo… Me entristece enormemente que durante todo este tiempo tú no hayas sentido nada por mí… He sido un juguete en tus manos y por desgracia me he dado cuenta demasiado tarde.

Cada día pienso una y otra vez en todos los momentos que hemos compartido, en aquellos abrazos que he recibido llenos de ternura, en las miradas que hacia mí dirigías que me desnudaban el alma, en tus manos que buscaban las mías y en las caricias que me hacían sentirme inmensamente feliz…

Después de todo lo que hemos vivido… ¿Cómo puedes decir qué no ha existido nada entre tú y yo?