jueves, 10 de marzo de 2011

10 de  marzo de 2010

Querido diario:
Hoy he compartido con él unos minutos, he podido ser feliz, otra vez, por un pequeño espacio de tiempo… Lo peor de todo es que cada vez quiero más, quiero compartir con él todos los momentos de mi vida, quiero regalarle todas las caricias que mis manos pueden dar, quiero abrazarle con la ternura que nace dentro de mí, quiero decirle una y otra vez que le quiero, quiero que comprenda que sin él los días no tienen sentido, que mi vida sin su vida no es vida…  ¡Si pudiera, tan solo, hacerle comprender lo mucho que significa para mí…!
Me cuesta tanto entender que tiene otra vida, que le esperan otros momentos sin mí, que serán otras las manos que le acaricien, que serán otros brazos los que cobijen su cuerpo y otros labios los que le digan “te quiero”…  ¡Me cuesta tanto! 

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